La cirugía ortognática es la corrección quirúrgica necesaria para corregir anomalías sustanciales del maxilar (la mandíbula superior), la mandíbula (la mandíbula inferior) o ambos. La anomalía puede ser un defecto congénito, un defecto de crecimiento o el resultado de lesiones traumáticas en la zona de la mandíbula.
La cirugía ortognática generalmente la realiza un cirujano oral y maxilofacial para corregir la oclusión dental defectuosa (mala mordida) en casos en los que el tratamiento de ortodoncia de rutina no ha surtido efecto ni lo hará. Las cirugías ortognáticas incluyen la reconstrucción de la mandíbula o el maxilar, de los ramos mandibulares, de la osteotomía maxilar y mandibular.
Existen distintas clasificaciones de la oclusión dental defectuosa (la unión incorrecta de los dientes) que pueden requerir cirugía ortognática:
Oclusión de clase I: esta oclusión defectuosa implica que los incisivos anteriores inferiores reposan directamente detrás de los incisivos anteriores superiores cuando el paciente muerde. Este tipo se considera menos destructivo que las oclusiones dentales defectuosas de clase II y III.
Oclusión dental defectuosa de clase II: esta se identifica cuando los incisivos anteriores inferiores reposan significativamente por detrás de los incisivos anteriores superiores durante la mordida, en algunos casos golpean el tejido blando detrás de los incisivos superiores. Esto se llama comúnmente “retrognatismo” y puede provocar molestias, daños óseos, desgaste excesivo de los dientes frontales y pérdida de piezas dentales.
Oclusión dental defectuosa de clase III: esta se conoce comúnmente como “prognatismo” y se produce cuando los incisivos anteriores inferiores y la mandíbula inferior se colocan delante de los dientes superiores y hacen que la mandíbula inferior sea mucho más prominente que la superior.
Motivos de la cirugía ortognática
La oclusión dental defectuosa puede generar fuerzas destructivas importantes entre los cinco músculos poderosos que controlan el cierre y la apertura de la mandíbula. Estos músculos generan una fuerza tremenda al apretar, rechinar o masticar. Si no se trata, la desalineación puede dañar gravemente la función y la apariencia estética de los dientes de muchas formas distintas, entre ellas las siguientes:
-
Desgaste dental: en el caso del retrognatismo, la presión y el desgaste sobre los dientes no se realiza de forma pareja. Esto puede provocar trastornos de la ATM, migrañas y pérdida de piezas dentales.
-
Dolor crónico en la mandíbula y los músculos y cefalea: la desalineación de los dientes altera la forma en que interactúan los músculos faciales. En algunos casos, el menisco, que actúa como amortiguador entre los maxilares, puede dañarse y provocar dolor.
-
Pérdida de piezas dentales: cuando se ejerce continuamente una presión despareja en lugares no deseados o se dañan los tejidos blandos como consecuencia del retrognatismo, los dientes contiguos pueden aflojarse en sus cuencas, lo cual produce dolor y disminuye la función adecuada.
-
Sensibilidad dental: a medida que los dientes se dañan por el uso constante, el esmalte se torna más delgado y los nervios pierden protección. Esta falta de protección puede provocar dolores agudos al consumir alimentos calientes o fríos.
-
Dificultad para tragar, masticar o morder los alimentos: cada una de estas dificultades puede asociarse con dolor muscular o mala alineación de la mandíbula superior e inferior.
¿Qué implica la cirugía ortognática?
Cuando el odontólogo identifica un paciente como candidato para la cirugía ortognática, primero se realiza un análisis fotográfico completo. Esto incluye radiografías panorámicas, cefalometrías, modelos, impresiones y radiografías. El cirujano oral y maxilofacial, el ortodoncista y el odontólogo trabajarán en conjunto y analizarán de qué forma la cirugía correctiva influirá sobre la función adecuada de la mandíbula y la apariencia estética de todo el rostro.
Generalmente, se necesitan aparatos de ortodoncia para alinear los arcos y los dientes antes de la cirugía. También pueden utilizarse retenedores después de la cirugía. Durante la cirugía maxilar, se mueve la mandíbula superior y puede fijarse en su posición mediante diminutas placas, alambres, bandas de goma y tornillos. La cirugía de la mandíbula se realiza con injertos óseos para alinear la mandíbula inferior en la posición correcta. La cirugía ortognática generalmente requiere anestesia general y los cuidados posteriores son muy importantes. Se recetarán analgésicos según sea necesario y recibirá indicaciones posteriores al tratamiento para su recuperación. También podrán indicarle algunas modificaciones en su alimentación (si es necesario).