La palabra periodontal significa “alrededor del diente”. Las enfermedades periodontales atacan las encías y el hueso donde se apoyan los dientes. La placa es una película pegajosa de restos de comida, bacterias y saliva. Si la placa no se elimina, se convierte en sarro. Cuando la placa y el sarro no se eliminan, comienzan a destruir las encías y el hueso. Las enfermedades periodontales se caracterizan por encías rojas, inflamadas y sangrantes.
Cuatro de cada cinco personas no saben que tienen una enfermedad periodontal. La mayoría de las personas no tiene consciencia de eso porque se trata de una enfermedad que suele ser indolora en las primeras etapas.
Además de ser la principal razón de pérdida de piezas dentarias, hay estudios que indican que podría existir una conexión entre las enfermedades periodontales y otras enfermedades como los accidentes cerebrovasculares, las neumonías bacterianas, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el incremento de los riesgos durante el embarazo. Los investigadores están tratando de determinar si las bacterias y la inflamación vinculadas con las enfermedades periodontales afectan las enfermedades sistémicas mencionadas. El cigarrillo también aumenta el riesgo de padecer enfermedades periodontales.
La buena higiene bucal, una alimentación equilibrada y las consultas odontológicas periódicas pueden ayudar a disminuir el riesgo de padecer enfermedades periodontales.
Signos y síntomas de las enfermedades periodontales:
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Sangrado de encías: las encías no deberían sangrar nunca, ni siquiera cuando se cepilla enérgicamente o usa hilo dental.
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Pérdida de piezas dentales: también es causada por la pérdida ósea o el debilitamiento de los ligamentos periodontales (que unen los dientes al hueso).
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Espacios nuevos entre los dientes: provocados por la pérdida ósea.
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Mal aliento persistente: provocado por bacterias en la boca.
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Pus alrededor de los dientes y las encías: es un signo de que hay una infección.
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Recesión de encías: pérdida de encías alrededor de un diente.
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Encías hinchadas y rojas: las encías nunca deberían ser rojas ni estar inflamadas.
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Dolor o molestia: la placa, el sarro y las bacterias irritan las encías y los dientes.