El nivel general de salud de un niño a menudo determina su salud oral, y viceversa. En consecuencia, administrar a los niños una dieta bien balanceada probablemente conducirá a dientes y encías más sanos. Una buena dieta proporciona al niño los numerosos y diferentes nutrientes que necesita para crecer. Estos nutrientes son necesarios para el desarrollo del tejido en las encías, huesos fuertes y para proteger al niño contra ciertas enfermedades.
Según la pirámide de los alimentos, los niños necesitan verduras, frutas, carne, granos, legumbres y productos lácteos para crecer correctamente. Estos diferentes grupos de alimentos deben consumirse en forma balanceada para alcanzar resultados óptimos.
¿Cómo afecta la dieta los dientes de mi hijo?
Casi todos los bocadillos contienen al menos un tipo de azúcar. A menudo, los padres se ven tentados a deshacerse de los caramelos o chocolates, sin darse cuenta de que muchos bocadillos de fruta contienen uno (o varios) tipos de azúcar o carbohidratos. Cuando se comen bocadillos ricos en azúcares, el contenido de azúcar atrae las bacterias orales. Las bacterias se alimentan de los restos de alimentos sobre o alrededor de los dientes. Con el tiempo, las bacterias producen ácidos que atacan el esmalte.
Cuando el esmalte dental se ve constantemente expuesto al ácido, comienza a erosionarse, y el resultado es la degeneración dental en la niñez. Si la degeneración dental no se trata por períodos prolongados, los ácidos comienzan a atacar los tejidos blandos (encías) e incluso la mandíbula subyacente. Con el tiempo, los dientes se aflojan prematuramente o caen, causando problemas para los dientes adultos emergentes, una afección que se conoce como enfermedad periodontal de la infancia.
Los controles y limpiezas regulares en el consultorio del odontólogo pediátrico son una línea de defensa importante contra el deterioro dental. Sin embargo, implementar buenos hábitos dietarios y minimizar el consumo de alimentos y bebidas con azúcar como parte de la "rutina de cuidado en el hogar" son igual de importantes.
¿Cómo puedo alterar la dieta de mi hijo?
El odontólogo pediátrico puede ofrecer asesoramiento y consejos sobre la dieta para los niños y padres. Con frecuencia, se sugiere a los padres que opten por bocadillos más sanos, por ejemplo, bastones de zanahoria, yogurt con bajo contenido de grasa y queso cottage. Asimismo, los odontólogos pediátricos pueden recomendar un suplemento de flúor para proteger el esmalte dental, especialmente si el niño vive en un área donde el flúor no se agrega habitualmente al agua de la comunidad.
Los padres también deben asegurarse de que los niños no coman bocadillos continuamente, incluso los que sean saludables. Una gran cantidad de bocadillos significa que el azúcar se adhiere constantemente a los dientes y el esmalte dental está constantemente bajo ataque. También es poco práctico intentar limpiar los dientes después de cada bocadillo, si "cada bocadillo" significa cada diez minutos.
Finalmente, se recomienda a los padres optar por bocadillos más rápidos. Las mentas y caramelos duros permanecen en la boca por un mayor período de tiempo, lo que significa que el azúcar recubre el diente por más tiempo. Si los caramelos son necesarios, opte por una variedad libre de azúcar, o una variedad que pueda comerse rápido.
¿Mi hijo debe consumir alimentos ricos en almidón?
Es importante para el niño comer una dieta balanceada, por lo que algunos carbohidratos y almidones son necesarios. Los alimentos ricos en almidón en general incluyen pretzels, papas fritas y mantequilla de maní y sándwiches con mermelada. Como los almidones y los carbohidratos se descomponen para formar azúcar, es mejor que se consuman como parte de una comida (cuando la producción de saliva es mayor) que como bocadillo independiente. Ofrezca abundante agua con las comidas (en lugar de gaseosa) para ayudar al niño a enjuagar las partículas de alimentos con azúcar de los dientes.
Como nota final sobre la dieta, evite administrar a su hijo alimentos pegajosos de ser posible. Es increíblemente difícil eliminar la adherencia de los dientes, especialmente en niños más pequeños que no suelen ser tan pacientes durante el cepillado.
Si tiene alguna pregunta o inquietud acerca de la salud general u oral de su hijo, consulte a su odontólogo pediátrico.