Las radiografías dentales son importantes herramientas de diagnóstico en el campo de la odontología pediátrica. Las radiografías dentales le permiten al odontólogo visualizar y tratar problemas tales como caries en los niños, desalineación de la ortodoncia, lesiones óseas y enfermedades óseas antes de que empeoren. Estos problemas serían difíciles (en algunos casos, imposibles) de observar a simple vista durante una exploración clínica.
La Academia Estadounidense de Odontología Pediátrica (AAPD, por sus siglas en inglés) aprueba el uso de radiografías dentales con fines diagnósticos en niños y adolescentes. Si bien las radiografías solo emiten pequeñas cantidades de radiación y son seguras para emplearlas en forma ocasional, las pautas de la AAPD tienen como objetivo proteger a los jóvenes de la exposición innecesaria a los rayos X.
¿Para qué se utilizan las radiografías dentales?
Las radiografías dentales son herramientas de diagnóstico extremadamente versátiles. Algunos de sus principales usos en odontología pediátrica incluyen:
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Evaluar la cantidad de espacio disponible para los dientes en erupción.
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Evaluar si los dientes de leche se caen en el momento oportuno para que erupcionen los dientes permanentes.
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Evaluar la progresión de las enfermedades óseas.
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Monitorear y diagnosticar la caries.
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Planificar el tratamiento (especialmente el de ortodoncia).
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Revelar lesiones óseas, abscesos y tumores.
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Revelar muelas de juicio retenidas.
¿En qué momento mi hijo deberá realizarse radiografías dentales?
Las circunstancias individuales indican la frecuencia con la que un niño debe realizarse radiografías dentales. Los niños con un riesgo mayor de lo habitual de desarrollar caries durante la niñez (según lo determine el odontólogo pediátrico) pueden requerir radiografías dos veces por año para monitorear los cambios en el estado de los dientes. Asimismo, los niños con riesgo elevado de problemas de ortodoncia, por ejemplo, oclusión dental deficiente, también podrían requerir radiografías con mayor frecuencia con fines de monitoreo.
Los niños con un riesgo promedio o por debajo del promedio de desarrollar caries o problemas de ortodoncia deben realizarse radiografías cada uno o dos años. Incluso en casos en los que el odontólogo pediátrico sospecha que no hay caries, aún resulta importante monitorear de forma periódica el crecimiento de los dientes y la mandíbula —principalmente para asegurarse de que hay suficiente espacio para los dientes permanentes en erupción.
Si la región bucal ha sufrido un traumatismo o lesión, el odontólogo pediátrico puede optar por realizar una radiografía de la boca de forma inmediata. Los desarrollos en la tecnología radiológica implican que pueden visualizarse y radiografiarse zonas específicas de la boca de forma independiente y así disminuir la cantidad de exposición innecesaria a los rayos X.
¿Qué precauciones se tomarán para garantizar la seguridad de mi hijo?
Si bien las radiografías dentales son perfectamente seguras para los niños, el odontólogo pediátrico tomará varias precauciones para asegurarse de que el proceso radiológico no dañe de forma indebida las células y tejidos corporales del niño.
En primer lugar, se cubrirá al niño con un delantal para proteger al cuerpo de exposición innecesaria. En segundo lugar, el odontólogo utilizará protectores para cubrir las partes del rostro de las que no se tomarán radiografías. Finalmente, el odontólogo pediátrico utilizará una película de alta velocidad para disminuir la exposición a la radiación lo más posible.
Si tiene alguna pregunta o inquietud acerca de las radiografías dentales, contacte a su odontólogo pediátrico.