Los dientes de leche, también conocidos como “dientes primarios” o “dientes deciduos”, empiezan a desarrollarse debajo de las encías durante el segundo trimestre gestacional. Los dientes comienzan a asomar por encima de las encías aproximadamente entre seis meses y un año después del nacimiento del bebé. Generalmente, los niños en edad preescolar tienen los 20 dientes de leche, que incluyen cuatro molares en cada arco.
Una de las creencias erróneas más comunes relacionadas con los dientes de leche es que no son importantes para la futura salud bucal del niño. Sin embargo, la Asociación Estadounidense de Odontología (ADA, por su sigla en inglés) enfatiza su importancia y alienta a los padres a programar un “control pediátrico” con un odontólogo pediátrico dentro de los seis meses posteriores a la aparición del primer diente.
¿Cuáles son las funciones de los dientes de leche?
La aparición de los dientes de leche puede ser dolorosa. Para aliviar las encías sensibles, puede ser útil el uso de mordillos, gasas húmedas y dedos limpios. Aunque la mayoría de los niños de tres años tienen todos sus dientes de leche, la erupción de los dientes se produce de a poco y generalmente comienza en la parte delantera de la boca.
A continuación se describen las principales funciones de los dientes de leche:
Desarrollo y producción del habla: aprender a hablar es claramente esencial para el desarrollo cognitivo, social y emocional. El posicionamiento adecuado de los dientes de leche facilita que las sílabas se pronuncien con corrección y evita que la lengua se desvíe durante la producción del habla.
Alimentación y nutrición: los niños con dientes de leche mal formados o muy cariados tienen una mayor probabilidad de sufrir deficiencias alimenticias y desnutrición y a tener un peso por debajo del normal. Los movimientos adecuados al masticar se adquieren con el paso del tiempo y con mucha práctica. Los dientes de leche sanos ayudan a desarrollar buenos hábitos al masticar y facilitan la ingesta de alimentos nutritivos.
Confianza en uno mismo: incluso los niños muy pequeños pueden distinguir rápidamente los dientes feos y torcidos. El buen cuidado de los dientes de leche puede hacer que las interacciones sociales sean más agradables, reducir el riesgo de padecer mal aliento y fomentar la cantidad de sonrisas seguras e interacciones sociales positivas.
Dientes más derechos: una de las principales funciones de los dientes de leche es cuidar una cantidad adecuada de espacio para el crecimiento de los dientes adultos. Además, facilitan la alineación correcta de los dientes adultos y ayudan al desarrollo de la mandíbula. Si no se recibe tratamiento, la falta de dientes de leche hace que los demás dientes “se desplacen” y ocupen espacios que no les corresponden. Es por eso que los odontólogos pediátricos recomiendan con frecuencia el uso de dispositivos para mantener los espacios vacantes.
Excelente salud bucal: los dientes de leche con muchas caries pueden fomentar la aparición de enfermedades periodontales infantiles. Como consecuencia de dichas afecciones, las bacterias bucales invaden y erosionan las encías, los ligamentos y, con el tiempo, el hueso. Si no se recibe tratamiento, los dientes de leche pueden caerse, lo que provocará problemas de salud y espacio para los dientes permanentes. Para evitar enfermedades periodontales, los niños deben llevar a cabo una rutina diaria de cuidados bucales guiada por un adulto, y las encías de los lactantes se deben frotar con un paño limpio y húmedo después de cada comida.
Si tiene alguna pregunta o inquietud acerca de los dientes de leche, consulte a su odontólogo pediátrico.