Una corona (o funda) es una cubierta que envuelve toda la superficie del diente y le devuelve su forma y tamaño original. La corona protege y refuerza la estructura dental que no puede restaurarse con empastes u otro tipo de restauraciones.
Si bien existen varios tipos de coronas, las de porcelana (coronas del color del diente) son las más conocidas. Son de larga duración y pueden usarse durante muchos años, pero al igual que la mayoría de las restauraciones dentales, con el tiempo deberán reemplazarse. Las coronas de porcelana están diseñadas para igualar la forma, el tamaño y el color de los diente y para brindarle una sonrisa natural, hermosa y duradera.
Motivos de las coronas:
¿Qué implica la colocación de una corona?
La colocación de una corona generalmente requiere dos consultas. En la primera consulta se tomarán varios moldes de alta precisión (o impresiones) que se utilizarán para crear su corona a medida. También se utilizará un molde para crear una corona temporaria que permanecerá sobre el diente durante aproximadamente dos semanas hasta que se fabrique la nueva corona en un laboratorio odontológico.
Mientras el diente está anestesiado, el odontólogo preparará la corona, para lo cual eliminará las caries y remodelará la superficie para colocar correctamente la corona. Una vez logrados estos detalles, se le colocará la corona temporaria con un cemento temporario y se verificará la mordida para asegurarse de que muerda correctamente.
En la segunda consulta se quitará la corona temporaria, se le limpiarán los dientes y se colocará cuidadosamente la nueva corona para asegurar un espaciado y una mordida precisos.